martes, 15 de diciembre de 2015

Turistas de la realidad


Acá estamos los argentos tragando promesas sin sabor y todo está bien, no .... todo va a estar bien, quizás. ... aquí no pasa nada, ya quisiéramos

No protestamos —y si lo hicimos, no conseguimos hacerlo en la medida adecuada; nadie exigió el respeto debido por miedo o flaqueza,ni se buscaron los canales adecuados —claro, siempre están los impulsivos pero acá se habla de respeto por la historia, no in situ; nunca se buscaron los responsables por los delitos ni se juzgaron los atropellos; ninguno exigió, cuestionó o condenó.
Todo siguió como si nada: , golpeandondonos la moral los uno a los otros, todos, obnubilados con el destello escarlata del poder y el gobierno de turno haciéndose el festín

Algunos otros, los creyentes cristianos, repasaron rezos hacia algún mecenas de carnavalescos milagros pretendiendo que resolviera los problemas, otros más, los siempre acomodados seguidores del momento con sus ansiosas descargas de críticas, esperando que haya quien se vista de bombero y apague el incendio en un santiamén.

Cada quien en lo suyo, acostumbrados, como turistas de la realidad, a ser guiados por cualquier Mesías de falsas profecías

Se escudaron en la lealtad de los aforismos, se camuflaron entre la pasión de un pueblo, se titularon amantes de la divisa; y nunca dijimos nada.

Nos pisotearon nuestro orgullo, nuestra historia, jugaron con un sentimiento colectivo, infinito, con esa pasión huracanada de libertad llamada América del Sud

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